ALTO I, adj., del lat. ALTUS íd.
1.ª doc.: 1042, M. P., Oríg., 164.
La variante radicalmente popular outo se ha mantenido (a diferencia del portugués y el castellano) por lo menos en algunas partes de Galicia: aunque los datos de Vall., Lugrís, Crespo P., etc., no sean de fiar, el caso es que esta es la forma que emplea casi siempre Castelao, en todos sus matices1.
Es dudoso el origen de alto interj. en el sentido de ‘ea, vamos’2. Cuervo cree que se trata de ALTO II, interjección para hacer parar a alguien, pasando por el empleo de pues alto para interrumpir una conversación cuando se invita a hacer algo, y alguno de los ejs. que cita (en su apartado cα) es sugestivo en este sentido, pero él mismo hace notar que pudo formarse con el adjetivo alto empleado como ¡sus! (< suso), ¡arriba!, y el ej. de Ercilla (1569), que junto con uno de Santa Teresa († 1582) debe de ser el más antiguo, parece comprobarlo: «Alto, sus, que yo acepto el desafío»3. Cronológicamente no tengo argumentos decisivos para oponerme a la derivación del germánico. El heráldico haute [F. Mejía, 1492] es el femenino francés haute, sustantivado.
DERIV.
Alta ‘danza antigua’ [Calderón, como baile desusado ya; para la explicación, vid. BAJO]; ‘entrada de alguien en un cuerpo o de un enfermo en la vida normal’ (creado por oposición a baja, postverbal de bajar). Altana ‘iglesia’, gnía. [1609], es lo mismo que altano ‘altanero’ (empleado como adverbio por el mismo Hidalgo, vid. DHist.; altanez ‘altanería’ en Lope): diósele este nombre porque en ella se refugiaban los alzados o personas perseguidas por la justicia; es un caso de arcaísmo conservado en el lenguaje germanesco4 (comp. fr. hautain ‘altivo’); de aquí gnía. altanar ‘casar’. Altanero [aplicado a las aves de rapiña de alto vuelo, en J. Manuel; ‘soberbio, altivo’, Nebr.], derivado del anterior; altanería. Altano ‘(viento) que sopla desde el mar a tierra, durante el día’, ‘el que durante la noche sopla en sentido contrario’ [1787], tomado del lat. altanus, derivado de altus, porque viene de alta mar (mare altum ‘mar profundo’ en latín). Altar [Cid], del lat. ALTAR ‘ara de sacrificios’, ‘altar’. Alteroso, ant. [APal.; falta Aut. y Covarr.; exceptuando APal. sólo lo emplea gente de mar; voz más vivaz en cat.]. Alteza [1238, M. P., D. L. 278.7; Buenos Prov. 14.24; Alex.]; en parte de sus acs. antiguas deriva del adjetivo arcaico adapte, aaute, y éste del lat. ADAPTUS (V. mi artículo sobre tez en RPhCal. I, 100-3). Altillo ‘altozano, lugar elevado’ [Cervantes de Salazar, 1560-75; otiello en docs. de 1060 y 1124: Oelschl.], ‘desván’ (falta en Acad., pero se emplea en muchas partes, en la Argentina y en el Ecuador; como castellanismo vulgar en Cataluña). Altitud, tomado del lat. altitūdo. Altivo [h. 1300, Gr. Conq. de Ultr.; ‘ambicioso’ en Sem Tob, copla 222]. Altor [S. XV, Canc. de Montoro y de Castillo, hoy muy anticuado]. Altura [1219: Oelschl.]. Enaltecer [Acad. ya 1884], enaltecedor, enaltecimiento. Exaltar [Berceo; 1554, Azpilcueta], tomado de exaltare ‘levantar, ensalzar’; exaltación, exaltado, exaltamiento [enx-, Alex., 265]. Peraltu, ast. ‘muy alto’ (V); derivado técnico de origen leonés parece ser el verbo peraltar [Acad. ya 1817; alguna vez aperaltar, DHist.]; peralte [1633, Lz. de Arenas, cap. 19, p. 47]; peralto. Sobreltado heráld. [Acad. 1936].
Otero [929; autero, 909], vid. M. P., Oríg., 110-1, 428-9, derivado del arcaico oto (V. arriba); comp. el diminutivo cat. alteró íd., que se extiende por todo el País Valenciano hasta Murcia (alterón), las hablas catalanas de Teruel, y lo he anotado en el Sur de Cataluña (Cervià de les Garrigues, altiró García, alturó La Vilella Baixa y Vilanova de Prades, con influjo de turó). Otear ‘escudriñar’, ‘acechar’, ‘mirar desde lo alto’5 [1251: Calila; vid. Castro, RFE V, 28-29]6; oteadora ‘res que se aparta del rebaño’ and.; oteo ‘exploración en busca de reses’ and. (AV).
No habría objeción fonética para derivar del gall. outo, como quisiera Sarm., el gall. oután ‘pan muy grande y alto de maíz, centeno, mijo o brona’ (108v, 206r), «pan de borona o harina de maíz más alto que ancho» (Vall.). Sin embargo no es idea que me convenza porque ni es una formación de tipo corriente en latín o romance, ni podemos estar seguros de que Sarm. (a quien todos copian) no ceda al prejuicio etimológico exagerando la altura, ni me parece forzoso ni muy verosímil que sea de formación latina el nombre de una especie de pan hecho principalmente de borona, cereal de nombre prerromano. Pero más bien se tratará de una acepción básica ‘mediano, grande’. En Álava y Vizcaya otana se define como ‘hogaza de dos kilogramos’. Baráibar da la etimología OCT-ANA, que trata de razonar en lo semántico y que no sería imposible fonéticamente (si es que en el País Vasco es vasquismo o cultismo, y si el gall. oután saliera de *oitán). Pero más bien creo que estamos ―como en borona― ante una palabra céltica o sorotáptica, si bien de la misma raíz que el lat. alĕre ‘nutrir’, ‘desarrollar, hacer crecer’, griego ęλƌαίνω íd. y ıναλτος ‘insaciable’, gót. ali?s ‘cebado, engordado’, irl. ant. alim ‘yo nutro’, ky. alu ‘parir’: nótense especialmente irl. ant. alte ‘nutrido, criado’, altram ‘alimento’, ky. med. eillt ‘crío, criazón’ (ALT?O-) y el célt. común COM-ALT-IOS ‘hermano de leche, deudo’ (Pok. IEW 26-27): en una palabra, un celta ártabro *ALTANOS ‘pan crecido, pan gordo’; de ahí quizá también el cpto. maloután ‘despreciativo de hombre grande, rústico, mal hecho’ (Sarm. CaG. 109v, aunque el ms. trae moloutan), ‘hombrón alto de cuerpo’ (Vall.). Desde luego no hay relación con TOÑA.
Gall. outón «en las casas aquel ángulo que hacen las paredes; casa de outón: cuando sólo a dos partes vierte aguas»; dibuja un chaflán y cita «...topa con seu outón» y «outón, casas... e adega de Ruy Martínez» en docs. pontevedreses de 1424, 1477 y 1553 (Sarm. CaG. 119r, 169v, 178ν, 173r).
CPT.
Altavoz. Altibajo. Altímetro. Altiplanicie. Altisonante. Altitonante. Contralto [1553: Terlingen, 149-150, supone que se tomó del italiano; de todos modos en portugués el plural vulgar contras altos y contrabaxos ya se halla en 1519 en Gil Vicente, ed. Hamburgo II, 404]. Oboe [Terr., que cita además un ej. del plural oboeses; Acad. ya 1817 obué y oboe], del fr. hautbois íd., compuesto de haut ‘alto’ y bois ‘madera’7.
1 «O sol do serán batía nas puntas mais outas», «sostén en outo mi facho», «xurdía outa e forte», «as crases outas da sociedade», «tan outo valor artístico» 52.10, 299.19, 247.2f., 251.19, 250.23, 52.19, etc. y cita un doc. de Ponte Aveán del año 1684: «facer un cruceiro outo e ben feito, co as imaxes do Noso Señor...» 135.1.― ↩
2 «Sacó su cuchillo, y dale tantas puñaladas que no le dejó respirar y... dijo luego: ¡alto! bajen la entena, que ya sé que me han de ahorcar, y no se me da un clavo, pues he vengado mi corazón», en el Alfarache de Martí, a. 1602, Rivad. III, 430. Para ejs., vid. DHist. II, 5; Cuervo, Dicc. I, 367, d.― ↩
3 Algunos ejs. suplementarios para el que estudie la cuestión: Lope, T. A. E., IV, vv. 267, 2143, 2854; V, v. 65; VI, v. 1760; VII, v. 2554; Tirso, El Vergonzoso en Palacio, II, 229, 585; La Prudencia en la Mujer (ed. Losada), I, iii, p. 188; ix, p. 201; III, vii, p. 251.― ↩
4 Antana en Quevedo, en Quiñones de B., en el Estebanillo, etc. (DHist.). De aquí hacerse uno o llamarse antana o andana ‘acogerse (un criminal) al asilo de una iglesia’, ‘hacerse el desentendido’, ‘desdecirse (de algo)’: en este último sentido dijo también Quevedo llamarse iglesia. Vid. DHist. y Montoto, Personajes, Personas y Personillas I, 61.― ↩
5 Parece ser otro caso de calco lingüístico del árabe. La raíz ƫ-l-⺆ significa ‘estar en una altura’, pero su quinta forma vale ‘acechar’ y la tercera ‘contemplar, considerar atentamente’ (vid. Dozy, Gloss., 209; Suppl II, 53-55; comp. ATALAYA, atalayar).― ↩
6 En Calila, p. 327, ya es mirar ‘desde lo alto’; en la p. 61b de la ed. Rivad., como observa Diez, no hay referencia a altura alguna, pero el sentido es ya ‘divisar’, ‘ver desde lejos’, inmediatamente procedente del etimológico. Otear está asimismo en J. Ruiz, Villasandino, Consolaciones del Papa Luna (citas de Aguado), en las Leyes de Moros del S. XIV o XV (Memorial Hist. Esp. V, 427ss., s. v.), etc.; otar con él mismo sentido figura en las Coplas de Mingo Revulgo (2); gall. outear, port. outar. La forma etimológica altear parece conservarse en el habla arcaica de Chiloé, S. de Chile (Cavada, Dicc. Manual Isleño; RFE, IX, 326). El vasco autatu ‘escoger, elegir’ parece favorable a la etimología OPTARE íd., que propusieron Diez y Cornu (GGr. I, § 226), y que apoyan para el vasco Lacombe y Gavel, RLiR X, 88-89; pero así como Diez admite el paso semántico de ‘elegir’ a ‘distinguir, ver de lejos’ (como oc. chausir ‘ver’ = fr. choisir, cat. albirar ‘divisar’ ARBITRARE), también es posible que de ‘divisar’ se pasara a ‘distinguir’ > ‘elegir’, y que la voz vasca esté tomada del cast. arcaico *autar, derivado de ALTUS. La existencia de oto ALTUS en la toponimia castellana (de donde el cast. otero), y el principio de que vale más no suponer en romance la supervivencia de voces latinas extinguidas en todas partes, apoyan la opinión de A. Castro. Sin embargo bien puede ser que no se haya dicho todavía la última palabra sobre la cuestión. Para el problema del cast. otear y vasco autatu no se puede dar importancia al santand. otar «deesar» (contra lo afirmado por GdDD 469b no parece que haya tal cosa en cast. antiguo), empleado sólo en la frase ota Dios ‘pido a Dios’ < opto a Dios: se trata de un cultismo esporádico de curas pueblerinos.― ↩
7 El vocablo se tomó cuando el fr. bois todavía se pronunciaba bྺȇ. El traslado de acento en obóe y en óboe (forma muy extendida y aun predominante) se explica por ultracorrección del sistema de acentuación en la última sílaba, propio del francés; por la misma época en el cultismo áloe corrían las acentuaciones afrancesadas alóe y aloé, que por entonces fueron enmendadas. ↩